viernes, 26 de diciembre de 2014

Tacos en Huimilpan...!!!

Estimados carnales, sirva la presente para saludarles después de varios meses de abstinencia culinaria callejera en los que me vi en la penosa necesidad de retirarme de los puestos garnacheros. Una vez terminado mi ayuno voluntario, heme aquí, tecleando para ustedes con un nuevo sitio para recomendarles y que cierto estoy será de su agrado total.

Sin más palabrería, entremos en nuestro enjuague.

Este sitio que a continuación les relato y describo, se encuentra fuera de la demarcación jurisdiccional de la capital queretana, encontrándose en el municipio vecino de Huimilpan. Para llegar, deben ustedes tomar la carretera a Huimilpan que sale desde el Centro Cívico, al sur de esta ciudad.

Deberán recorrer un tramo aproximado de 15 kilómetros, pasando desde luego por el fraccionamiento Cumbres del Cimatario, enseguida el Parque Nacional Cimatario,  hasta llegar a un sitio perfectamente reconocible pues encontrarán una única gasolinera que está justo después de la desviación a Los Cues. 

El sitio se llama “Los Cuatro Vientos” y se encuentra en el lado derecho de la carretera, yendo de Querétaro a Huimilpan.


Una vez en el sitio, el cual se encuentra perfectamente ordenado con mesas y sillas pulcramente establecidas y habilitadas con sus enseres para la tragazón, deben dirigirse a la damita que los atiende y que responde al nombre de Concepción. Ella simplemente les señalará de forma lacónica que deben tomar su respectivo plato de plástico con bolsa protectora y enseguida les señalará que deberán tomar su tortilla para que se preparen su taco, tortillas que se encuentran en una cubeta atiborrada de éstas. 





Así como lo leen, se trata de un distinguido puesto al mero estilo “Hágalo Usted mismo”, pues simplemente deben atender la indicación de Conchita para entonces disponerse a atacar de forma propia y servirse del guiso que más les agrade y en la cantidad que les acomode.

Al ser esa la mecánica del juego, es decir, que ustedes se sirven sus propios tacos, deben estar conscientes de que nadie les fiscaliza el recurso taqueril y por ello al momento de pagar lo correcto es precisar verdaderamente lo que hayan ingerido.

Ahora, los diversos guisos que encontrarán ahí van desde el clásico chicharrón en chile, las rajas, frijoles, huevo en salsa pasilla, calabacitas, papas con cebolla, arroz con huevo cocido, copete, carne de res en salsa pasilla, una inmejorable salsa molcajeteada de chile de árbol, el mejor de todos o el que más recomiendo: pollo en mole verde (madre santa qué cosa tan rica) y desde luego, las reinas de la noche: tortillas hechas a mano!!!



Todo esto acompañado de sus respectivos chescos, agua natural para los sanos y para aquellos más aventurados, un rico, fresco y limpio pulque de la región.

De acuerdo a la plática que sostuve con Conchita, este lugar tiene alrededor de 5 años funcionando y al parecer cada vez con mayores adeptos pues ya hasta son contratadas para eventos festivos. Ahí nomás!!!

El costo: $10.00 cualquier cosa que pidan, ya sea taco, agua, refresco o hasta gorditas, lo cual facilita la operación aritmética una vez concluida la faena.

Yo en lo personal nomas me rifé 8 tacos y sin lugar a dudas puedo decirles que el mejor guiso de este puesto en mi opinión es el pollo en mole verde. Tiene un sabor que en verdad disfrutan en cada mordida y, de no ser porque hay más variedad, perfectamente me pude comer los 8 de este rico platillo.




Sin embargo no dejo de mencionar el copete pues tiene un sabor sumamente agradable y si es aderezado con la salsa, qué mejor.

Para eso del frio carretero invernal les sugiero un rico cafecito de olla dispuesto sobre el comal que pinta de buen sabor.


Pues bien mis estimados y queridos carnales, ha sido un placer nuevamente hacerles partícipes de esta ocasión tan gratificante, por lo cual les invito a que se hagan acompañar de sus respectivas bandas y acudan a este sitio, sobre todo ahora que las fechas decembrinas invitan a la gula sin remordimientos, al cabo que ya está pagado el gimnasio para enero.

Les mando un beso y un abrazo esperando tener oportunidad de escribir pronto para todos ustedes y una vez que el Jonato esté de regreso para acudir en cuadrilla.

On egin/Buen provecho

Beto 






miércoles, 20 de agosto de 2014

Gorditas en Ezequiel Montes!!!

Qué tal mis bienaventurados carnales garnacheros, me complace saludarlos en estos días lluviosos y húmedos de la ciudad capital. Ya hacía algo de tiempito que había estado por última vez por estos lares tecleando para ustedes con los consejos de esos rincones placeros y callejeros de la entidad queretana donde se degustan los mejores manjares típicos.

Por ello y para esta ocasión les tenemos preparada una visita que recién hicimos de manera conjunta y por primera vez el Jonato y yo mero, producto de la recomendación de la carnala Avril Medina en este mismo medio. Debo anticipar que ha dado en el clavo al recomendar un buen lugar, qué digo buen lugar, magnífico lugar!!!

Se trata de las gorditas de guisos -sin nombre aparente- que se encuentran ubicados en la banqueta oriente de la calle Ezequiel Montes, casi esquina con la calle Mariano Escobedo.

Si ustedes se disponen a ir a ese sitio, deberán ingresar a la calle Ezequiel Montes desde su intersección con Avenida Universidad; seguirán la circulación en el mismo sentido de los vehículos y, justo antes de llegar a la calle de Mariano Escobedo, de su lado izquierdo verán a partir de las 19:30 horas aproximadamente, una lona color azul dispuesta no se si para cubrir de la lluvia o si es su elemento diario. Este puesto se instala todos los días a excepción de los sábados, desde hace ya mucho pero muchos años, según el dicho de la señorita Lupita que muy amablemente nos atendió y nos platicó algunos pormenores de tal sitio.


Nos indicó que ese lugar era atendido previamente por su señora madre desde hace aproximadamente 21 años y que ésta a su vez, había trabajado por más de 40 años con la anterior propietaria, quien al no poder continuar con la atención del sitio, dejó en manos de la señora madre de Lupita la labor de llevar hasta nuestros paladares tan ricos y exquisitos alimentos.

Ese lugar se encuentra dispuesto de forma por demás austera pero no por ello despreciable; con un comal calentado con carbón sobre el piso, una cubeta que contiene la masa, y una pequeña mesita sobre la cual se ponen los trastes con guisos y que en conjunto son un arcoíris multicolor y multisabor.


Como ya dije antes, en ese lugar fuimos atendidos por Lupita, quien se hacía acompañar de su hermano, la novia y la cuñada de éste y de quienes no supimos los nombres pero que ponían todo el esmero necesario para hacer de esa tarde-noche lluviosa, un oasis de sabores típicos y tradicionales. Uno habilitaba los chescos, otra echaba las gordas, la otra hacía lo propio mientras que nuestra anfitriona Lupita se encargaba de la cobradera. 


Como he mencionado, era una tarde lluviosa, torrencial diría yo pues a partir de que arribamos al lugar –aproximadamente 7:30 pm- y hasta que nos fuimos -9:00 pm- no sólo no dejó de llover sino que todo ese tiempo cayó de forma impresionante el aguacero. Tal vez eso fue lo que hizo que los únicos en el lugar fuéramos Jon y yo, pues poca gente se animó a salir por el diluvio que se dejó sentir ese día. Acaso un par de señoritas se acercaron a comprar sus gorditas desde su vehículo para estacionarse enfrente para comerlas. Nosotros no nos achicopalamos!!

Pero bien, no es éste el momento de hablar de cuestiones climatológicas, sino más bien de cuestiones comestibles.

Ya entrados en enjuagues y habiendo obtenido algo de información histórica, nos dispusimos a darle una escaneada a las cazuelas que se encontraban sobre la mesa, recibiendo información de parte de Lupita, quien cual guía de turista en museo nos llevó de la mano por el paradisiaco mundo de los guisos caseros (en este caso en la calle).

Así, nos mostró todos y cada uno de los platillos y que les describo a continuación:

Chicharrón en salsa, azadura, frijoles, carne deshebrada, huevo en salsa pasilla, guacamole, salsa, papas, el infaltable queso, rajas y nopalitos con jitomate. Todo aquello se veía simplemente exquisito sin embargo no podíamos adivinar lo que nos esperaba sino hasta que hicimos el primer pedido.



Yo me rifé una de chicharrón mientras que Jon se fue por una de azadura. Estas gorditas son de un tamaño más bien pequeño tirándole a mediano sin llegar a lo ínfimo, con un tamaño más que adecuado para evitar llenarse de forma rápida con una sola gordita. Eso a la vez permite comer más gorditas con otros ingredientes. En verdad que se agradece el tamaño.

El relleno que se hace con los ingredientes es también adecuado y basto, sin llegar a desbordar la gordita y tampoco sin dejar espacios interiores que permitan exclamar falta de ganas por parte de nuestros anfitriones. Por lo que pude ver, no se les adiciona ningún tipo de lubricante, aceite, grasa o manteca, así que pueden confiar en que estarán comiendo algo sano y que esa grasa no se irá a acumular a sus zonas sensibles.


Así, se fueron sucediendo los pedidos, la segunda con azadura de parte de Jon y para mi también; otra de frijoles con queso; otra más de nopales, vimos que no había quinto malo, ´amonos por la sexta, y cuando yo pensé que ya había llenado, todavía me rifé la séptima. El vasco se chutó todavía una octava, apelando a su buen estomago, todo ello acompañado de dos chescos cada uno de nosotros pa´l digestivo. Qué cosa más rica señores!!! El sabor de cada ingrediente se dejaba sentir en cada mordida. Vale la pena indicar que con tres mordidas prácticamente se terminaba la gorda. La masa era ligera, nada pesada, menos grasosa, y el sabor de los ingredientes era magistral.


Después de varios minutos, nos quedamos como en estado catatónico mientras sólo veíamos la lluvia caer y algunos valientes que desafiaban las inclemencias del tiempo y se daban su paseo como domingo en la alameda.

Llegó el momento de las conclusiones, por lo que tanto Jon como su carnal servidor aplaudimos la calidad de las gordas objeto de esta visita; preguntamos por el precio individual de cada una: $10.00, lo cual me pareció razonable dado el tamaño, sabor, limpieza, amabilidad de sus propietarios, ubicación, etc.

Ampliamente recomendables, estas gorditas son marcadas en nuestra lista de lugares para visitar con una sonrisa que nos invita a volver. En alguna ocasión que anden por esa zona (y aunque no anden por ahí) sírvanse pasar a darse una vuelta, saludar a Lupita y a pedir las que les entren con la seguridad de que no serán decepcionados. Al final, todo se reduce a gustos y podrá haber quienes opinen en contra pero, creo que lo que ha permitido que ese lugar exista ahí desde hace mucho, es precisamente la calidad. Agradezco en lo personal a la señoritaa Avril por su más que atinada recomendación.

En la siguiente entrega pretendo llevar para Ustedes algo sumamente exquisito que sólo de pensarlo ya se me hizo agua la boca: tacos de Don Chamorro!!!

Saludos a todos, on egin/buen provecho.

Beto y Jon





lunes, 14 de julio de 2014

Tacos de Mixiote en Lomas de Casablanca

Qué tal mis siempre queridos carnales, nuevamente me place escribir en este espacio con la intención de engrosar sus panoramas gastronómicos en la Ciudad Capital queretana.

En esta ocasión llevo hasta sus dispositivos cibernéticos la existencia de un buen lugar que ofrece una corta pero exquisita variedad de tacos, conocido como LOS TACOS DE MIXIOTE. Dichos tacos pueden ser ubicados sobre la Avenida 4 del populoso barrio de Lomas de Casa Blanca, haciendo esquina con la calle 19, fácilmente identificable pues en su exterior se dispone un amplio estacionamiento así como juegos infantiles aparentemente habilitados por las autoridades municipales (información ésta sin confirmar).

Pues bien, como les iba diciendo, este lugar ha venido ofreciendo desde hace aproximadamente 10 años (según me acuerdo) estos sabrosos tacos, habiendo variado su ubicación en diferentes épocas pero llegando a establecerse de forma permanente en el sitio ya indicado por su servilleta.

Si bien su ubicación hace inconfundible y nada difícil el arribo, la verdad es que el sabor del producto hace que se guarde fielmente la ruta para llegar. Una vez ahí, lo primero que deben hacer es dirigirse a la caja para pagar el precio de acuerdo al número de tacos que vayan a comer pues, contrario a la costumbre de primero comer y luego pagar, aquí se debe liquidar antes que nada el consumo por aquello de las malditas dudas y no vaya saliendo el clásico "aaaah shinga, no me alcanza joven ahí luego le pago!!!"


La garnacha principal que nos ofrecen -tal y como su nombre lo indica- es el taco de Mixiote, que es el platillo típico consistente en un envoltorio de carne (pollo, res, carnero, pescado, etc) aderezado en un adobo o en alguna salsa elaborada con diversidad de chiles y especies. El elemento que se usa para envolver la carne es generalmente una delicada y delgada película que se desprende del maguey, cocido al vapor a efecto de darle una consistencia única.

Ya entrados en enjuagues y habiendo hecho la liquidación previa del precio -contrariando en cierta medida la doctrina jurídica del acuerdo entre precio y cosa para considerar la compraventa perfecta- uno puede moverse unos cuantos pasos desde la caja y hasta la plancha donde se encuentran los maestros taqueros quienes cocinan la carne para los tacos.

Aqui es preciso hacer una pequeña pausa para indicar que no solamente se ofrecen tacos de mixiote sino también podemos encontrar otros ingredientes, como son los clásicos tacos de bistec, suadero y chorizo, así como tostadas y tortas.

Pues bien. Ya que han pagado y se han desplazado al frente de la plancha, los siempre habilidosos taqueros les preguntarán sobre el ingrediente que habrá de engordar las tortillas para el taco. En esta ocasión yo me rifé con dos de bistec, uno de chorizo y uno de mixiote, nomás pa no dejar.

En el mismo lugar en que les preparan sus tacos, éstos les son entregados cual encargo preciado para que sean ustedes quienes los acompañen con aquello que más les plazca y que se encuentra dispuesto de forma caprichosa y multi color: salsas de diferentes sabores y colores, cebollitas, frijolitos, unos nopales con cebolla, limón y los infaltables chiles toreados asados.


OJO con la cadera hospitalaria de la doña. Estos tacos pueden producir protuberancias como las aquí mostradas, por lo tanto se recomienda discreción. 



No omito señalar que de igual forma les ofrecen para el "desempance" refrescos y aguas de sabores para aquellos que no gustan de las bebidas artificiales dañinamente azucaradas y potencialmente peligrosas para la salud.

Sin más rollo y ya teniendo sus tacos en la mano, pueden pasar a acomodarse en una de sus mesas pulcramente organizadas para el convite y a fin de mover el bigote gustosamente.


En lo personal me habilité cebollas sobre los tacos con un baño en salsa verde deliciosa y delicadamente picosa sin llegar el extremo de lo incomible, pues para darle ese picor extra, preferí empujarle un par de chiles serranos toreados con sal y limón, tal y como a continuación les muestro.


No les voy a mentir y he de confesar que mientras redacto y confecciono esta entrada, siento la salivación en mi boca cual perro de Iván Pavlov sujeto a experimentos de conductismo. A poco no a Ustedes también mis queridos carnales?!?!?!?!

Por principio de cuentas me fui alegremente al ataque con los de chorizo y mixiote, a quienes devoré cual alemán sobre la meta brasileña. Enseguida, hice lo propio con los de bistec a los que les di mate de forma pausada, saboreando cada bocado acompañado de mordidas a los chiles que le hacían compañía.



En este punto se hizo precisa una pausa de hidratación así como para limpiar mis fosas nasales ya que con los chiles se me había aflojado aquello que se debía aflojar. De igual forma me percaté de la posibilidad de agregar unos buenos nopales para ser engullidos, situación que no dejé pasar por alto así que lo hice.


Una vez que iba terminando con los tacos, tenía una sensación de tristeza únicamente comparable a la experimentada ayer cuando terminaba el mundial. Sin embargo me alegraba de saber que, igual que el mundial, volvería pronto pues estos tacos son dignos de regresar en cualquier ocasión en que se ande por aquellos rumbos del sur de la ciudad.

Estos tacos son preparados con su "original y copia", es decir, doble tortilla. Aunado a ello, son bastos en cuanto a la cantidad de carne que les ponen, y si a eso le agregamos nopales, frijoles u otra cosa, la sensación de satisfacción llega con dos, tres o tal vez cuatro, dependiendo la capacidad de sus estómagos de recibir materia alimenticia.

Por limpieza, este lugar también ofrece buenas condiciones. Por precio: $9.00 cada uno, así que ustedes dirán. Normalmente estos tacos se ofrecen por las mañanas. En mi experiencia jamás he acudido en horas vespertinas por lo cual ignoro si se encuentran más tarde. Recuerdo haber estado por ahí desde aproximadamente las 8:00 am.

Bien mis queridos tragones, espero que este lugar les sea atractivo y decidan darse un rol por ahí un día de estos. Yo por lo pronto me encuentro pensando en la siguiente parada, teniendo ya una idea de lo que les ofreceré en la siguiente entrega y que estoy seguro será de iguales proporciones épicas para sus exigentes paladares callejeros, misma que procuraré sea esta misma semana.

No olviden cepillarse bien la buchaca después de estos tacos pues si anda quedando el sabor dos-tres cebollero, no vaya siendo que me les nieguen un buen beso en la trompa, al rato no me culpen a mi de sus fracasos amorosos.

On egin/Buen provecho

Alberto


martes, 8 de julio de 2014

Mole en Amealco!!!

Estimados carnales, me es grato volver a escribir para Ustedes después de un periodo de abstinencia. Ofrezco antes que nada una disculpa sincera por haberme alejado dos semanas sin llevarles mi parecer sobre el tópico de este blog. En fin, no es la finalidad agotarles con disculpas, así que, a trabajar.

Mis carnales, les he de platicar que el día de hoy me encontraba realizando algunas actividades laborales por el rumbo de la hermana república de Amealco, lugar que frecuento por tales cuestiones laborales. Habiendo terminado mis actividades me disponía a regresar a la capital, cuando me asaltó una inquietud. Esa inquietud se traducía en un antojo que no llegaba a ser hambre propiamente dicha, por lo que me dispuse a buscar algún lugar garnachero que igualmente sirviera para abonar en este espacio.

En esas estaba cuando repentinamente caí en la cuenta de que era martes al medio día, lo cual sólo podía significar una cosa: MARTES DE MOLE EN AMEALCO!!!!!!!!!

Rápido y presuroso me dispuse a tomar camino hacia aquel lugar ya conocido por su servilleta pues sabía que el manjar que se ofrece ahí puede agotarse en cuestión de horas, así que dirigí mi vehículo hacia la salida a Santiago Mexquititlán, en aquel municipio amealcense. Para llegar a ese sitio del cual les hablo, deben tomar la ruta hacia el citado pueblo de Santiago Mexquitilán, llegar a un crucero que los lleva a San Ildefonso, tomar hacia la izquierda y seguir por ese camino exactamente 5 kilómetros.

Para mayor referencia les muestro una imagen:




Pues bien, este lugar se llama EL CHAMIZAL y es famoso por su mole con piezas de guajolote, siempre acompañado de ricos elementos que enseguida paso a describir.



Una vez que se cruza esa puerta, se entra en una dimensión de absoluta delicia, pues se aprecian de forma instantánea los aromas caseros y los sonidos que invitan a experimentar una simbiótica sensación de placer y pecado culinario, si no callejero, sí garnachero y que permite agregar material para este blog.

Ya instalado en una de las mesas de plástico, fui abordado por mi anfitriona, cuyo nombre jamás precisé en preguntarle pero, para todos los efectos llamaremos "N".

"N" me indicó que ofrecían mole con piezas de guajolote casero, alimentando con aquello que la naturaleza les pone enfrente, dato que pude constatar con mis propios ojos de forma posterior, de modo que no hay temor de estar comiendo pavos mutantes ni "mejorados" genéticamente, sino todo natural y orgánico.

El platillo que ofrecen lo acompañan con algunas otras delicias que forman el marco perfecto para tan indescriptible manjar.

Rauda y veloz, "N" me indicó que la única variación en su menú es la pieza de guajolote que habrá de ser servida en el plato: pierna, pata, muslo, ala, pechuga!!!

Hasta ahí todo parecería normal pues es sabido que todo plato de mole es servido con esas piezas anatómicas del ave en cuestión. Sin embargo, a la vista resultó gratamente sorprendente lo que uno está por recibir.

Sentado pues en una mesa de plástico y habiéndome decantado por la pechuga del animal, esperaba mi comida mientras de forma pormenorizada escaneaba el lugar, sobresaliendo por encima de cualquier decoración, el trío de músicos norteños que amenizaban y deleitaban a los comensales con éxitos añejos que invitaban a la nostalgia con títulos como: "Puño de Tierra", "Aguanta Corazón", "Amor Eterno", "Hermoso Cariño", sin faltar las clásicas "Mañanitas" y más. Se dejaba ver por ahí una rockola cuyo funcionamiento y contenido no me fue posible verificar. Imágenes religiosas y de paisajes sirven de sustento a la decoración del lugar, que nos inspira plena armonía.


Ya entrados en materia y como número principal de aquel espectáculo que fui a presenciar, recibí de parte de "N" mi plato, el cual se encontraba dividido en tres cuadrantes: el primero para la pieza del ovíparo que consagró su vida para mi; el segundo para los granos de arroz perfectamente cocidos y sazonados y, el tercero y por excelencia EL MOLE!!!!!


Habiendo recibido estos elementos de doña "N", consideré el iniciar mi ataque por el centro, ataviado de sendo tenedor pero, fui abruptamente interrumpido por "N" quien enmarcó mi plato con una vieja y rústica canasta vestida con una servilleta, la cual supuse atinadamente llevaba en sus entrañas las tortillas. No equivoqué mi pronóstico sin embargo jamás alcancé a adivinar aquella escena con gruesas tortillas hechas a mano. Apenas dirigía mi mano derecha para tomar la primera de ellas, cuando "N" me indicó que al fondo de esa canasta se encontraban algunas tostadas para jambarse los frijoles o el mole según se antoje, bajo el principio de que el orden de los factores no altera el producto.

Nuevamente me disponía a iniciar mi ataque, cuando una vez más "N" arribó a mi trinchera con la que pensé era su última encomienda traducida en dejar para mi un par de pequeñas cazuelas de barro: la primera copeteada de unos suculentos y exquisitos "Frijoles Burros" y, la segunda, derramada con el refill del mismo mole que se encontraba invadiendo mi plato. Es decir, además del mole dentro del plato, todavía me sirvieron una cazuela más con el preciado tesoro. No sabía lo que eran esos frijoles "burros" pero, una vez que vi sus dimensiones y tamaño entendí el por qué del calificativo equino.

Pues bien, pensando que ya estaba todo dispuesto para iniciar, fui interrumpido una vez más por "N", con la que ahora sí era su última encomienda al interpelarme sobre la forma en que bajaría todos esa materia sólida por mis conductos digestivos. Dirigí mi mirada hacia el refrigerador dándome cuenta que el único elemento líquido digno de acompañar los sólidos era una Celia bien Elodia. No obstante, dudé un poco dada la hora pues apenas había cruzado el horario matutino, sin embargo recordé y atendí a la máxima de la sabiduría popular aprendida de mi amigo Cococha que reza: "En el estómago siempre es de noche", así que, por qué no!!! Le pedí una oscura…

Ya sin más que me pudiera interrumpir y con el equipo completo, decidí poner manos a la obra…!!!


Esa imagen que pueden ustedes apreciar mis carnales, en nada se acerca al sabor que posee el plato sobre la mesa. Tal platillo, de suyo, invita al devore inmediato pero les sugiero ir poco a poco.

Con todo dispuesto, no sabía si atacar por la banda o por el centro. Sabía, eso sí, que tenía que ir ordenado, tratando de imponer mis condiciones y respetar mi estrategia para no salir fauleado ni disminuido.

Así, tomé por principio de cuentas esa tostada que me indicó "N", la partí y puse sobre ella un poco de frijoles burros aderezados con el rey de la fiesta: el mole!!


Continué mi comida reduciendo el contenido del arroz, entremezclando tal grano con el mole, llenando de sabor picante. De igual forma atacaba con el tenedor, lo mismo que con tortillas y tostadas, dejando para el final a la pieza de guajolote, la cual me miraba de forma retadora y amenazante.

Seguí mi numerito, hasta que logré llegar a la parte medular: el guajolote, al cual me animé a despedazar no sin antes haber pasado por todo un rosario de formas de ingerir el mole. Tomaba pedazos del ave en canal y poniendo mucho del mole, me lo devoraba sin pensarlo. No había llegado a la mitad del plato cuando mi boca toda estaba llena ya del material precioso que estaba ante mi, así como mis manos, desde luego los dedos y las uñas hasta, obviamente, mi pantalón.

No existe pues una forma consagrada ni regla escrita de acabar con ese platillo que nos ha dado fama mundial. Yo en lo personal preferí darle prioridad al taco, agregando cualquier elemento dentro de la tortilla. Ya fuera arroz, guajolote o frijoles, siempre bañados en mole.

Habiendo transcurrido unos 15 minutos logré concluir aquel monumento a la gastronomía mexicana, siempre aligerado dentro de mi con la sabrosa Celia bien Elodia, sintiéndome satisfecho en todos sentidos: a la vista, al tacto, al olfato, al oído y, claro, al gusto.


Una vez terminada parte de la misión, procedí ahora sí a hablar con toda calma con "N", quien me indicó que ese lugar ha ofrecido esta delicia desde los últimos 15 años, con atención personalizada de su propietario el señor Alfonso Navarrete y su familia.

Tal y como lo apunté al inicio, este servicio se ofrece sólo los días martes, a partir de las 10:00 am y hasta agotar existencias, lo cual viene siendo por ahí de las 4 pm. Sin embargo, me indicó "N" que próximamente (3 de agosto) iniciarán la venta del mole también los domingos, día en que de momento sólo venden barbacoa.


Llegó el momento de pedir la cuenta, misma que para mi sorpresa fue de $95.00, y que se me hizo accesible si tomamos en cuenta lo que me dieron por ese precio: mole a llenar, arroz bien atascado, frijoles bien perrones, tortillas hasta para llevar con sus infaltables tostadas y obviamente, mi Celia bien Elodia. Si hablamos de una relación precio/calidad definitivamente este lugar es la neta.


De esta forma mis queridos carnales, les dejo esta entrega que espero sea de utilidad. Ojalá que una vez que puedan acudir a este lugar, compartan con su servilleta la opinión sobre el sitio el cual puedo poner muy por encima de algunos otros.

Pronto les traeré más novedades pretendiendo ponerme al corriente por estos últimos días en que me ausenté.

A comer se ha dicho mis carnales.

On egin/Buen provecho!!!

Alberto











lunes, 23 de junio de 2014

El primero de los sitios… Doña Mary!!!

Estimados y tragones congéneres:



Como les adelanta mi amigo chilango más o menos adoptado en Querétaro, yo soy aquel otro tipo más o menos adoptado en Querétaro, con la notable característica de un estómago bendito, que es uno de los órganos que más presumo de mi cuerpo serrano, por supuesto después de mi principal órgano sexual, que por otro lado y ya que les estoy presumiendo, pesa varios kilos. 



Pero como en esta página no estamos para presumir de estómago ni de cerebro, sino más bien para iluminar y ser iluminados con las posibilidades culinarias del entorno, paso directamente a darles mis primeras recomendaciones:

Top 1 - Doña Mary: Déjense de historias, Doña Mary lleva probablemente toda la vida haciendo sus guisos, presentados en forma de sope, taco o quesadilla en tortillas que hace a mano. 

La verdad, antes de que ustedes se animen a probar cualquier mierda en cualquier sitio, lleguen ahí para saber lo que es bueno en la vida. 
Tiene de asadura; de carne deshebrada de pollo en salsa de chile pasilla; de chicharrón; de rajas con queso; de champiñones; de espinacas; de nopal; de papitas; de huevo y según temporada, de flor de calabaza. 

En Semana Santa suele hacer algunas variaciones por aquello de no preparar carne, aunque hasta donde yo entiendo de biología, los camarones también son carne...

En ese lugar descubrí que mi restaurante favorito del mundo mundial no necesita tener chelas y una silla de plástico en la pared es un trono en el que la única preocupación vital es, cómo hacer que no salte comida en la playera. 

No sean mamones y tengan el buen gusto de no llegar con corbata, por favor. Y siempre se podrán entretener viendo el capítulo de la telenovela en la pantalla nada plana del equipo audiovisual de Doña Mary, siempre vigilados de cerca por las fotos del Papa Juan Pablo. Ambiente y actitud familiar y sin fisuras.



Para ubicar a Doña Mary en el espacio-tiempo, le podrán encontrar en su casa de Gutiérrez Nájera, en algún punto entre 16 de Septiembre y 5 de Mayo. 

Salvo por el hecho de que Doña Mary tiene unos setenta y cinco años, sería como para pedirle matrimonio. 

Lleguen cualquier día laborable para cenar, a partir de las siete de la tarde y me entenderán. 



Jon Aguirrezábal